Un espacio inmersivo para Retrotopía
Si algo teníamos claro desde el principio, es que en este proyecto piloto los espectadores no iban a estar sentados. Puesto que muchas de las claves descubiertas en el proceso de investigación tenían que ver con la formalidad de los espacios teatrales y la falta de interactividad, decidimos que para Retrotopía nos ibamos a deshacer del patio de butacas.
La propuesta es entonces un espacio / instalación inmersiva, a través de la cual los espectadores transitan. Ya que contamos con un espacio multifuncional como la Sala B del Teatro Cánovas, vamos a plantear una propuesta escenográfica envolvente, donde los ocho cuadros se van desarrollando en diferentes espacios.
Logísticamente, debido al espacio con el que contamos y para generar una experiencia personalizada, a cada pase no podrán pasar más de 18 espectadores, creando un vínculo muy intimo con los espacios y con los intérpretes.
Azael Ferrer, que está al frente del diseño audiovisual y de iluminación, se ha ido encargando de representar los espacios en 3D, ya que para la construcción de la escenografía tenemos que tener muy en cuenta la dialéctica de un grupo de gente de esas dimensiones con cada espacio. Cada uno de los cuadros busca generar diferentes sensaciones: ansiedad, claustrofobia, libertad, euforia… Por ello, estas representaciones nos sirven para imaginar la efectividad de estos espacios desde una perspectiva 360, para que puedan funcionar desde cualquier ángulo de visibilidad.
